- La contrapresión en piscinas no es un problema anecdótico, sino un riesgo estructural que puede arruinar la inversión de un proyecto completo.
- Ante este enemigo invisible, la verdadera defensa comienza en la fase constructiva, protegiendo el vaso con un sistema diseñado para resistir la presión negativa.
- ECOPOX CEM PLUS 3C aporta esa seguridad: una barrera certificada, flexible y compatible con los revestimientos más habituales. Incluirlo en el plan de obra es invertir en durabilidad, en tranquilidad y en la garantía de que la piscina conservará su integridad muchos años después de su puesta en servicio.
En la construcción de piscinas existe un adversario silencioso que muchos profesionales subestiman hasta que es demasiado tarde: la contrapresión. A diferencia de una fuga convencional, que se origina en el interior del vaso, este fenómeno opera desde el exterior. El agua presente en el terreno —procedente de lluvias intensas, riegos continuos o un nivel freático elevado— ejerce presión hidrostática contra muros y solera.
En las primeras fases de vida de la piscina esa fuerza apenas se percibe, pero con el tiempo se acumula y busca cualquier punto débil: poros, microfisuras o juntas del hormigón. Y todo aquel profesional o usuario que haya visto cómo una lámina de agua empuja un muro de contención entenderá la magnitud de este riesgo.
En una piscina, la situación es aún más crítica porque la presión se ejerce de forma constante y suele actuar cuando el vaso ya está en servicio, lo que complica cualquier reparación.
Riesgos y naturaleza de un vicio oculto
En estas instalaciones, el error más habitual es confiar en la estanqueidad del propio hormigón y en el recubrimiento interior. Porque el hormigón, incluso en formulaciones de alta resistencia o grado marino, sigue siendo un material poroso con una microestructura que permite el paso de humedad y, frente a la presión negativa, termina cediendo. Ni siquiera un hormigón marino con baja relación agua/cemento resiste indefinidamente la contrapresión sin una barrera de vapor certificada.
Para bloquear de forma efectiva la entrada de agua es indispensable crear una barrera externa que actúe como escudo frente a la presión hidrostática De no hacerlo, resulta evidente por qué la contrapresión se considera un vicio oculto, escapando a los métodos habituales de control de calidad.
Las pruebas de estanqueidad realizadas tras el hormigonado o antes del revestimiento no revelan el problema. Solo manifestándose después, a veces meses o años más tarde, cuando coinciden lluvias prolongadas o subidas del nivel freático. Así, es habitual que los daños suelan ser atribuidos a defectos de mantenimiento o fallos del revestimiento, retrasando la verdadera solución y provocado una serie de riesgos entre los que destacan:
- Abombamientos y ampollas: la presión del agua exterior separa el revestimiento del soporte, generando bolsas de aire y agua que deforman la superficie.
- Fisuras y grietas estructurales: la tensión constante debilita el hormigón, provocando microfisuras que se convierten en grietas visibles.
- Desprendimientos totales: en situaciones extremas, el revestimiento interior puede colapsar por completo.
- Costes de reparación muy elevados: el proceso de vaciado, retirada del revestimiento, nueva impermeabilización y acabado final implica una inversión económica y de tiempo significativa.
La solución técnica: ECOPOX CEM PLUS 3C
Para neutralizar el avance de la humedad se requiere un sistema capaz de soportar presión negativa, mantener elasticidad y adherirse de manera permanente al hormigón. ECOPOX CEM PLUS 3C de Pavistamp cumple esas exigencias con solvencia. Se trata de un recubrimiento epoxi modificado de tres componentes que forma una barrera de vapor elástica y de alta resistencia, certificado por Applus Laboratories.
ECOPOX CEM PLUS 3C se aplica directamente sobre hormigón y resulta compatible con poliurea, sistemas acrílicos, morteros de poliuretano-cemento y morteros impermeables tradicionales. Para llevar a cabo una correcta aplicación, es necesario realizar la siguiente lista de pasos:
- Preparación de la superficie: limpiar y secar el hormigón, asegurando una base sólida.
- Mezcla: combinar los componentes A y B hasta homogeneizar. En un recipiente aparte, mezclar el componente C con un 10–15 % de agua. Unir ambas mezclas y batir de nuevo.
- Aplicación: extender en dos capas, dejando entre 12 y 24 horas de endurecimiento entre ellas, según la temperatura ambiente. Una vez endurecido, se puede lijar y aspirar para eliminar imperfecciones.
- Curado: esperar un mínimo de 24 horas a 25 °C y 50 % de humedad relativa, comprobando con higrómetro que la superficie esté completamente seca. Si se detecta humedad, aplicar capas adicionales hasta lograr un secado total.
Limitaciones y consideraciones
Cuando la presión del terreno excede las 2,5 atm, ningún sistema de barrera de vapor ofrece una garantía absoluta. En estos casos conviene complementar con drenajes perimetrales y estudios geotécnicos que determinen la presencia de agua subterránea y su comportamiento estacional.